La arcilla tiene un interés muy importante en los tratamientos estéticos donde sus propiedades particulares consiguen resultados sorprendentes. Aquí se los presentamos.
Acción depurativa sobre los tejidos:
Por su alto contenido en minerales, ayuda a absorber el edema del tejido graso, generador de celulitis. Potencia el efecto de drenaje linfático manual.
Acción exfoliativa:
Por su acción exfoliativa sobre la capa córnea, favorece la absorción de los productos cosméticos que se aplicarán posteriormente.
Depura la piel de las impurezas acumuladas en la superficie, la reoxigena, la tonifica y normaliza su textura.
Acción aclarante:
Sus componentes degradan las moléculas de melanina y hemoglobina que pueden favorecer la aparición de manchas. Es una ayuda importante en la reabsorción de los hematomas y aclara las manchas hipercrómicas debido a la acción del sodio, el potasio y el azufre que contiene.
Acción estética:
Al revitalizar los procesos biológicos, mejora el aspecto de la piel, estimula la circulación sanguínea, provoca un efecto ionizante, elimina las toxinas de la epidermis, fortifica los tejidos y atenúa la profundidad de las arrugas.
En los casos de acné, se aprovecha la acción microbiana de la arcilla y su poder astringente.
El fenómeno de hiperoxidación celular lucha contra los radicales libres y por consiguiente, actúa como producto anti-envejecimiento.
En Cosmetología las arcillas son empleadas por sus poderes remineralizantes, adelgazantes, revitalizadores y absorbentes. No olvidemos que el silicio, es un mineral que reestructura los tejidos conjuntivos y lucha particularmente contra la piel de naranja, la fibrosis y la esclerosis delos tejidos adiposos.

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